Los Cuerpos de Policía Local son por definición unas Instituciones prioritariamente preventivas. Prevenir significa ante todo preparar, disponer por anticipado las cosas necesarias para un fin, adelantarse a los hechos, conocer los problemas del entorno, sus implicaciones, la forma en que pueden afrontar determinados conflictos, sus actores, la reacción social frente al peligro, el aprovechamiento interesado de determinados sectores y todo aquello que, directa o indirectamente, influirá en el quehacer policial.
Una forma adecuada para enfrentar este dilema cotidiano, nos debe llevar a la búsqueda de las medidas más eficientes de prevención, las que, dada su multiplicidad, variedad y complejidad, hacen del funcionamiento de los Cuerpos de Policía Local una tarea que cada día nos presenta nuevos desafíos.
Para hacer frente al problema policial, no existe una fórmula única e infalible; lo que sí podemos recoger del conocimiento sistemático del comportamiento humano son tendencias de común ocurrencia, que nos permiten mirar el fenómeno con criterios proactivos, que nos llevan a adoptar medidas de anticipación que aminoren su impacto en la sociedad, a la cual los Cuerpos de Policía Local están llamados a servir.